Este año hemos dado un giro de 180 grados y hemos comenzado a preparar un repertorio de canciones pop. Es como si hubiéramos vuelto a nuestros veinte años. Hemos retomado canciones
olvidadas pero que nunca se fueron de nuestro corazón.
¿Quién no ha bailado alguna vez,
a lo agarrado, “Los
sonidos del silencio” de Simon
y Garfunkel ? no creo que haya nadie, igual algún
veinteañero, pero pocos de esa edad estarán leyendo esto…
La verdad es que últimamente
tengo un poco olvidado este blog, pero no es por falta de ganas sino de tiempo.
A ver si lo retomo y nos ponemos al día otra vez.
Empezaremos hablando un poco de esta canción, todo no va a ser "sólo cantar", también hay que adentrarse en lo que quiso expresar el autor, en este caso Paul, para poder cantarla mejor.
La
primera grabación de esta canción fue una versión acústica, que se incluyó en
su primer álbum, llamado “Wednesday Morning, 3 AM” y que vendió unas
2.000 copias. Se publicó en EEUU en 1964, pero hasta 1968 no
llegaría a Europa.
Cuando
el álbum se estancó los dos miembros del grupo se separaron. Lo que ellos no
sabían es que su compañía de grabación tenía un plan. Tom Wilson,
de Columbia Records, le pidió al productor Bob Johnson que
agregara instrumentos a la pista acústica (guitarra eléctrica, bajo y
batería). La nueva versión se convirtió en un gran éxito e hizo que se
unieran nuevamente.
A Paul
Simon le llevó unos 6 meses escribir la letra, que trata sobre la falta
de comunicación entre las personas.
En una
entrevista de radio explicó que la escribió mientras trabajaba en su
primer empleo. Acababa de terminar sus estudios en la Universidad y se recorría
las compañías de grabación ofreciendo canciones para grabar, entre las que se
encontraba alguna suya. No logró colocar ninguna por lo que decidió publicarlas
él mismo.
Y
transcribo algunas de sus palabras: “Pienso que las canciones no son sólo lo
que dicen las palabras, sino también lo que la melodía y el sonido
te da a entender. Si no tienes la melodía adecuada, realmente no importa lo
que tengas que decir, la gente no la escuchará. De hecho, la clave de ‘The
Sound Of Silence’ es la simplicidad de la melodía y de las palabras. El
texto transmite una angustia post-adolescente (nadie me está escuchando,
nadie está escuchando a nadie…)."
Por supuesto, no podía faltar la traducción, que os copio a continuación:
Hola oscuridad, mi vieja amiga,
he venido a hablar contigo de nuevo,
porque una visión, deslizándose silenciosamente,
me dejó su simiente mientras dormía.
Y la visión, que quedó plantada en mi mente,
aún permanece dentro del sonido del silencio.
En inquietos sueños caminé a solas,
por estrechas calles empedradas.
Bajo el resplandor de una farola,
volví la cara hacia el frío y la humedad
y entonces mis ojos fueron apuñalados
por el destello de una luz de neón,
que rasgó la noche
y rozó al sonido del silencio.
Y bajo la desnuda luz pude ver,
a diez mil personas o tal vez más.
Gente que charlaba sin hablar,
gente que oía sin escuchar,
gente que escribía canciones
que ninguna voz jamás compartiría.
Y ninguno se atrevió
a perturbar el sonido del silencio.
"¡Locos!" dije, "¿no sabéis que
el silencio crece como un cáncer?
Oíd mis palabras, que puede que os sirvan de lección.
Coged mis brazos para que os pueda alcanzar."
Pero mis palabras cayeron como
silenciosas gotas de lluvia
y resonaron como un eco
en los pozos del silencio.
Y la gente se postró y se puso a rezar
ante el dios de neón que habían creado.
Y el anuncio se encendía y se apagaba,
mostrando su mensaje
con las palabras que iba formando.
Y el anuncio decía: “Las palabras de los profetas
están
escritas en las paredes del metro
y en la entrada de las casas”.
Y susurró en los Sonidos del Silencio.
Me viene a la cabeza un sitio de nuestra geografía que muchos conoceréis en las faldas del Amboto, conocido precisamente, por la frase: ...donde el silencio se oye... hay un caserío llamado Mendi Goikoa, con restaurante y museo, que podéis visitar si os apetece, os copio el link: http://www.mendigoikoa.com/es/
Y me despido, suavemente, con una frase muy apropiada: "Si no eres capaz de mejorar el sonido del silencio, mejor permanece callado"