viernes, 14 de agosto de 2009

Las mejores puestas de sol, las de Sopelana

Desde el bar “El Peñón”, en Larrabasterra, os aseguro que se pueden ver unas puestas de sol que no tienen nada que envidiar a las que vemos cuando salimos de vacaciones. Y ya que estamos hablando de puestas de sol, me voy a poner un poco melancólica, que también es bueno, de vez en cuando… Hoy hace siete años que murió una persona muy querida para mí y empecé a sentirme un poco como decía “el principito” de Antoine de Saint-Exupéry. Por suerte, tengo amigos con los que puedo contemplar las puestas de sol y me hacen sentir que no estoy sola. Gracias, Maite y Esther, espero que veamos muchas "puestas" como la del jueves en el futuro.

Para los que no hayáis leído el libro, os copio el capitulo VI y así entenderéis de qué hablo: “¡Ah, principito! Así, poco a poco, comprendí tu pequeña vida melancólica. Durante mucho tiempo tu única distracción fue la suavidad de las puestas de sol. Me enteré de este nuevo detalle, en la mañana del cuarto día, cuando me dijiste: - Me encantan las puestas de sol. Vamos a ver una puesta de sol… - Pero tenemos que esperar… - ¿Esperar qué? - Esperar a que el sol se ponga. Al principio pareciste muy sorprendido; luego, te reíste de ti mismo. Y me dijiste: - ¡Me creo siempre en mi casa! En efecto. Todo el mundo sabe que cuando es mediodía en los Estados Unidos el sol se pone en Francia. Bastaría ir a Francia en un minuto para asistir a la puesta de sol. Desgraciadamente, Francia está demasiado lejos. Pero sobre tu pequeño planeta te bastaba mover tu silla algunos pasos. Y contemplabas el crepúsculo cada vez que lo querías. - Un día vi ponerse el sol cuarenta y tres veces. Y poco después agregaste: - ¿sabes?... cuando uno está verdaderamente triste son agradables las puestas de sol… - ¿Estabas, pues, verdaderamente triste el día de las cuarenta y tres veces? El principito no respondió.”

Manuela, sabemos que tú también estas un poco triste estos días, te echamos de menos el jueves, pero en cuanto vuelvas de Solares, tendrás que compartir una puesta de sol con tus amigas del coro. Mientras tanto, ahí tienes una canción-regalo que seguramente te traerá recuerdos de cuando te enamoraste, llorarás por lo que ya no tienes, pero disfrutarás también rememorando lo que tuviste. Un beso desde Bilbao.

2 comentarios:

  1. Soy una persona muy afortunada,estoy rodeada de gente que me quiere y esta es la prueba. Espero estar a la altura.GRACIAS Manuela.

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  2. Los afortunados somos nosotr@s por haber tenido la suerte de conocerte.Tienes una voz de soprano maravillosa y unas manos creativas que más de un artista querría, pero sobre todo tienes un gran corazón.GRACIAS

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