sábado, 1 de diciembre de 2012

¡Eres grande, Maestro!


Nunca dejas de sorprenderte, cada director te enseña algo diferente, Manel Valdivieso, desde que se presentó y empezó el ensayo, ya se le vio que era una persona amable, abierta, con mucho sentido del humor  y que sabía mucho de música coral. Como él mismo dijo, había cantado en coros durante muchos años y le encantaban.
 En seguida pillamos su frase favorita: “Vamos a organizarnos”, a Javier Corcuera le encantaba decir “fantástico”, bueno, pues a Manel, en un principio, le sonaba todo bien, el color decía que le gustaba, pero acto seguido añadía: “vamos a hablar de ello”. No se le escapaba nada, pero ¿qué sexto sentido tienen los directores que lo pillan todo, hasta el vuelo de una mosca? ¡Se implantaran algún chip en la carrera? Prodigioso, ¡por cierto!
Es increíble cómo puedes estar cuatro horas cantando sin darte cuenta, concentrado en todo lo que te dice este señor que te dirige, pero no sólo en la obra, sino en todo. Nos hizo cantar sin consonantes, como si se nos cayera la baba, si, si, parecíamos lelos, pero así somos los coralistas, dóciles y obedientes, todo por una buena causa.  
 Cuando cantamos el Hallelujah, nos recordó que ahí no se acababa la obra, que lo importante no era cantar gritando sino a la vez, (eso nos lo tenemos que tatuar estas navidades) que éramos trescientos como los de Esparta, pero que teníamos que sonar como una sola voz y que cantar juntos era muy bueno para la salud
En cuanto a las notas, sacó a colación una frase de Orson Welles: “todas las notas son iguales, pero unas notas son más iguales que otras” y cuando cantábamos algo diferente a lo que ponía en la partitura, decía:”¿ustedes quieren convencerme de que sus notas son más bonitas?”
Decía que teníamos que expresar lo que decíamos y saber cambiar de cara rápidamente, pasar del sufrimiento a la alegría, dosificar las fuerzas y guardar para fin de mes, ¿o era guardar en la estantería? eso era cuando repetíamos la misma nota, tenía que ser como si la dejáramos y la volviéramos a coger, intacta.
Nos volvió a decir lo del símbolo de la cruz en la 25, con los stripes, igual que nos dijo Javier.
Tuvo mucha paciencia con nuestras fotos y autógrafos y el martes tendremos que demostrarle que hemos estudiado y que el concierto va a salir perfecto o algo parecido.
 
Después del ensayo del domingo, nos quedamos seis de cada coro y estuvimos ensayando con la BOS el himno del Athletic, luego nos fuimos a San Mamés y probamos la colocación y la acústica, fue un dia completo. La BOS celebra este año su 90 aniversario y quiso incluir entre sus actos de celebración un concierto en la Catedral, según sus palabras, sería el más multitudinario de su historia con casi 40.000 espectadores y así fue. Llevamos el bokata de tortilla y nos lo pasamos formidablemente, fue una nueva experiencia, ¡Así es la vida de los abeslariak!

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